lunes, 1 de abril de 2013

¿Perfección?


                  


Complejos, inseguridades. Esos que crees que no tienes, que los dejaste atrás hace años... Y sin embrago te atacan cuando menos te lo esperas. De repente empiezas a cuestionarte si no serás tú la rara, la que está fuera de lugar. Porque hay veces en las que, incluso con tus amigas, te sientes como si hablaras otro idioma: incapaz de entenderlas, incapaz de ser como ellas.
                  Pero entonces es cuando debes mirarte al espejo y sonreirle a tu reflejo, porque te das cuenta de que no eres rara, no estás fuera de lugar, no sobras: eres tú y con eso basta. Puede que no sientas eso el primer día, o el segundo o al cabo de 1245 días, pero llegará un día en que te mires al espejo y te veas por primera vez. Veas que todo eso que te asustaba nunca ha estado ahí.  Y es entonces cuando te sientes tan bien que no sabes ni cómo explicarlo. Y no entiendes cómo, cuándo o por qué has cambiado. Solo sabes que lo has hecho, porque estabas preparada para hacerlo.
                   Eres consciente en lo más profundo de tu ser, de que no necesitabas ser otra persona, no necesitabas entender el mundo. Solo necesitabas entenderte a ti misma y al hacerlo te has transformado en una persona maravillosa, viva y segura de sí misma. Porque si el mundo no te entiende buscarás incesantemente la manera de hacerlo, y si después de conseguirlo el mundo no te acepta, podrás vivir con ello, porque por fin sabes quién eres y amas lo que eres.
                   Y eso es todo lo que necesitas para ser feliz.

Alexia.

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